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Revista "Madre Tierra"

martes, 22 de noviembre de 2016

Día de la Soberanía Nacional



El Día de la Soberanía Nacional se celebra anualmente el 20 de noviembre, en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845. La Nación Argentina se encontraba gobernada por Juan Manuel de Rosas, quien al mismo tiempo ejercía como gobernador de la provincia de Buenos Aires.


En la República Argentina, el 20 de noviembre se conmemora el Día de la Soberanía Nacional. La fecha recuerda la heroica defensa en la Vuelta de Obligado para detener la penetración territorial de una poderosa flota anglo-francesa. El propósito de establecer el Día de la Soberanía Nacional es contribuir a fortalecer el espíritu nacional de los argentinos, y recordar que la Patria se hizo con coraje y heroísmo.
El 20 de noviembre de 1845, 2.160 argentinos enfrentaban a 11 buques de la armada anglo-francesa, la más poderosa del mundo, en el recodo del estuario del Plata, donde el río tiene 700 metros de ancho. Fue cerca de San Pedro, en la llamada Vuelta de Obligado, que así se convirtió en un símbolo de la soberanía nacional. Detrás de la flota británica venían 90 navíos mercantes con mercaderías. Frente a esta agresión, el entonces ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación, Juan Manuel de Rosas, decidió defender la soberanía e impedir el paso de buques extranjeros, para lo cual nombró al general Lucio Norberto Mansilla a cargo de la resistencia.

La Argentina ha incorporado esta fecha como día feriado por medio de la Ley 20.770 de 2010, y corresponde a una fecha trasladable dentro del Calendario de Feriados Nacionales. La jornada será celebrada como feriado el próximo lunes 28 de noviembre, de acuerdo con el decreto presidencial.
Antecedentes históricos
En 1845, el contexto político interno marcado por profundas divisiones fomentó un nuevo intento de colonización de Francia e Inglaterra sobre la Argentina. Juan Manuel de Rosas estaba a cargo de la gobernación de Buenos Aires y de las Relaciones Exteriores de la Confederación, y, con San Martín apoyándolo desde el exilio y el país buscando mantener la libertad y la independencia, la resistencia fue la salida buscada por todos.
En la mañana del 20 de noviembre, los barcos extranjeros intentaron avanzar, pero la heroica resistencia criolla buscó detenerlos. Luego de una larga jornada de lucha, que terminó a las 8 de la noche, los criollos sobrevivientes se replegaron. Si bien ha sido una derrota, su carácter heroico despierta el apoyo de toda la comunidad internacional.
Frente a este hecho, el General San Martín le escribió a su amigo y confidente Tomás Guido: “Ya sabía la acción de Obligado; ¡Qué inequidad! De todos modos los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca. A un tal proceder no nos queda otro partido que el de no mirar el porvenir y cumplir con el deber de hombres libres sea cual fuere la suerte que nos depare el destino, que en intima convicción no sería un momento dudosa en nuestro favor si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá en nuestra patria si las naciones europeas triunfan en esta contienda que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España”.
La firmeza con que la Confederación argentina defendió la soberanía disuadió a los invasores de nuevos intentos y los obligó a la negociación.
El notable espíritu de resistencia manifestado en Vuelta de Obligado terminó de ratificar la condición de nación libre e independiente, por cuanto aun quienes no simpatizaban con Rosas cayeron en la cuenta de que dejarse conquistar por fuerzas extranjeras no era una salida, y que el pueblo no iba a dejar que ello ocurriera.

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