Nuestra primer portada

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Revista "Madre Tierra"

martes, 26 de enero de 2010

Cosquín 2010







Quinta Luna

Se abrieron los pétalos de la escenografía a cargo de Juan Carlos Baglietto, y el violinista Néstor Garnica salió a lucir sus dotes musicales en la quinta noche de la 50° Edición del Festival Nacional del Folclore, en un homenaje a Don Sixto Palavecino, cuya muerte dejó un hueco irreparable en el folclore nacional.
Otro que no faltó a la cita fue Luiz Carlos Borges, acordeonista enamorado de la música litoraleña, que subió al escenario para hacer un despliegue musical que unió las fronteras con Brasil para recorrer los ríos y la cultura de esa gran región sudamericana. Bajando un poco y hacia el oeste, llegamos a la Provincia de Santiago del Estero, que siempre está presente en el folklore y en el Festival. Lo más tradicional de Santiago nos llegó de la mano de su Delegación Oficial, que desde la música y el baile nos llevaron a recorrer esa hermosa región del país entre chacareras y algún "pala pala".

Cada noche del Festival es única e irrepetible, y encuentra momentos mágicos en los que uno tiene el privilegio de escuchar canciones hermosas y eternas. Rafael Amor creó uno de esos instantes. Sus canciones, que hablan de paz e igualdad social, mantuvieron al público expectante y silencioso hasta que terminaban, cuando explotaban en aplausos.

Un momento emotivo se vivió en el homenaje que brindaron Sara Mamani, Negra Chagra y Luis Leguizamón al Cuchi Leguizamón. El trío de charango y voces hizo una presentación emocionante y de altísimo nivel en la que recordaron a ese músico entrañable del folklore nacional.

Seguía la noche y subió al escenario Luis Salinas. El guitarrista, que dedicó su recital a la Negra Sosa brindó canciones, entre las que se encontraron, Chacarera de Juan, La lluvia y Tú, y Criollita Santiagueña. La indescriptible destreza de sus manos sacó notas de la guitarra generando un clima prodigioso en la plaza. De pie, el público reclamo otra y Salinas volvió con Alfonsina y el mar.

Un apellido más que conocido llegó de la mano de Los Carabajal, viejos amigos de la casa, entraron por la puerta grande y sin golpear para entregar lo que mejor saben hacer, una linda chacarereada. Pudimos escuchar Canción para la estrella azul, Desde el puente carretero, El Antigal, clásicos de siempre que nunca vienen mal y que aseguran una fiesta santiagueña. También se presentó el dúo compuesto por Ariel Petrocelli e Isamara, acompañados por los ganadores de comparsas de Salta. En un despliegue de colorido y música, el espectáculo colmó el escenario Atahualpa Yupanqui y se extendió para mostrarnos lo que son las fiestas del norte argentino.

El baile continuó con el Ballet de Juan Saavedra, la coreografía fue un despliegue de arte y estética en movimiento. Una vez más contamos con la presencia de Franco Luciani. Con su armónica, la música se deslizó por los pasillos, llenó el aire y se volcó en aplausos entusiastas para felicitar a este joven músico argentino. Mariel Trimaglio llegó con su voz para cantar en esta fiesta de los argentinos. Y siguiendo con la propuesta joven de la noche, el trío MJC más un ensamble, volcaron su talento musical en esta luna coscoína. Beatriz Pichi Malen subió después al escenario en lo que ya se convertía en una de las más especiales noches de estos Cincuenta años de Cosquín.

Después de la presentación de León Gieco con Mundo Alas, subió al escenario El conjunto Los de Imaguaré, también estuvieron Mirtha Huget, el conjunto Siempre Salta y Nuevas Raíces. Dio el broche final, para cerrar la quinta luna, Juan Manuel Figueroa.

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