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Revista "Madre Tierra"

lunes, 8 de febrero de 2016

Julio Pane presenta su primera orquesta típica en Café Vinilo


El bandoneonista y compositor, que impulsó la vanguardia del tango como parte de la generación del 60, presentará su primera orquesta propia, experiencia que el músico describió como un homenaje a este tipo de formación.

Guiado por la intuición, evitando caer en la imitación y concientemente influido por Horacio Salgán, Pane decidió embarcarse en la travesía de adaptar sus arreglos y sus obras a una orquesta típica, un formato que conoce muy bien y que lo identifica.

“Mi meta de chiquito era ser bandoneonista de orquesta, sobre todo de la de Horacio Salgán”, apuntó el músico en charla con Télam.

Fue su hijo, Leandro “Yoyo” -también bandoneonista- quien lo impulsó a concretar este deseo. Todo un desafío.”Es una necesidad que se fue gestando en estos años que he vivido, es lo que quería hacer. Hubo algo en mí como un pensamiento, una esperanza de que se notara que nací en el barrio del Abasto tocando un tema de Gardel por ejemplo. Traté de ir sacando todo lo que yo tenía adentro, de hacerlo con el mejor criterio y respeto por la música y hacia aquellos que me antecedieron”

Julio Pane conoce muy bien a la orquesta desde adentro. Tocó desde los 13 años en formaciones de grandes como el mismo Salgán, Atilio Stampone, Armando Pontier, Leopoldo Federico y Astor Piazzolla. También como oyente, ya que tenía seis años cuando solía escucharlas guiado por su padre y su tío, ambos bandoneonistas.

Con la intención de compartir ese conocimiento, trasladando el sonido de aquellas décadas -40, 50 y 60- al presente, Pane abordará mañana en el local del barrio de Palermo (donde ya se presentó el jueves pasado) un amplio repertorio interpretado por una potente formación de cuatro bandoneones, un piano, y en las cuerdas un contrabajo, una viola, cuatro violines y un violoncello.

Allí conviven en armonía piezas como “Imperial”, obra muy poco transitada de Piazzolla; “Milonguita para Taranto”, que Pane compuso para Osvaldo Tarantino; el vals “Ilusión de mi vida”, una joya del gran acordeonista Feliciano Brunelli; “Negro nacarado”, pieza que le dedicó a Pane su amigo y colega Néstor Marconi; y el clásico “Volvió una noche”, de Gardel y Lepera, en una versión singular que comienza con un bello solo de cello,

“Esta orquesta es un compendio de todos los repertorios y los estilos de las orquestas que escuché. Me llevó todos estos años tener un estilo, si lo tengo o no, no puedo saberlo, eso tienen que decirlo los entendidos y la gente -continuó-. No quise copiar ni a Salgán, ni a Piazzolla, ni a nadie, sin embargo algo de todos ellos está. Un artista tiene que ser inocente, me pongo frente al pentagrama y me salen las cosas, en la naturaleza humana hay un misterio, y ese misterio es el amor que ponemos para hacer todas las cosas”.


Si bien tuvo la posibilidad con los máximos referentes del tango, Pane recuerda a Piazzolla como un genio: "Nunca me imaginé que iba tocar con Piazzolla, fue un poco la guinda de la torta. Yo creo que nos marcó a todos en los años 60, cuando era un adolescente me parecía que había descendido un plato volador, nos influyó a todos y muchos bandoneonistas como Roberto de Fillippo quedaron en el olvido. Siempre me preguntaba qué iba a pasar el día que Piazzolla no estuviera”.

El instrumentista había escrito arreglos para tríos y sextetos, hasta que un día su hijo lo motivó a hacer algo que hasta el momento para él era imposible: “Me dijo '¿y si hacemos algo con todo esto?', él fogoneó todo. Yo estoy peleado con las computadoras, y él me ayudó a adaptar todo para orquesta grande. Trabajamos de noche, ni comíamos, nos quedábamos trabajando hasta la madrugada”, contó.

Influido en el bandoneón por Julio Ahumada y Máximo Mori (”no son famosos pero reconozco que estoy influido por ellos”, apuntó), habló acerca de cómo vive la experiencia de compartir la música con su hijo: “Lo vivo muy bien, gracias a Dios me salió músico, algún futuro suegro no querrá saber nada con un músico, hay que trabajar mucho como en todas las cosas de la vida, algunos caen con la estrella y todo les fácil, aunque no creo en ese camino”.

Acerca del presente del tango, Pane destacó que muchos jóvenes están bregando por el tango, la historia dirá quién va a quedar, hay muchos jóvenes que hacen cosas lindas, no somos como los músicos de rock que a la semana se hacen famosos, no tenemos esas oportunidades porque tocamos tango, hay que esperar, el tiempo va a decir qué va quedar, la música bien escrita siempre queda”, concluyó.

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