CÉSAR
PERDIGUERO
Su voz fue voz de
la tierra
por lo mucho que
le ha dado
acompañó a las
guitarras
su cantar
enamorado.
Cafayate puso el
sol
el valle su mica
blanca
él pechó en el
arenal
y encontró su
salamanca.
Amanecido de
estrellas
-poeta del alto
cielo-
se le llenaban de
zambas
los pliegues de su
pañuelo.
Los alfareros del
pueblo
tomeros y
regadores
le vieron andar
dichoso
del brazo de los
cantores.
Habló mucho de los
cerros
con la mica y con
la greda
con los caminos de
arena
y el verdor de la
alameda.
Le cantaba a cada
piedra
y a las crecientes del río
al olor de las
vendimias
y al delicado
rocío.
Su corazón se
entregaba
al lento correr
del agua
y en los cauces
cristalinos
empapaba sus
palabras.
Su afán de
paisajes claros
y de la luz sin
descanso
lo hizo bardo
entre los médanos
cantor en los
vinos mansos.
José Ríos
No hay comentarios:
Publicar un comentario