De creencias y supersticiones
EL
ALMAMULA
Dicen que cuando sopla el viento sur, pegada a la punta
dispara desbocada una ánima condenada por el ejercicio de relaciones
incestuosas, que se materializa asumiendo la forma de una pequeña mula la que en
su carrera arrastra cadenas (al juzgar por los sonidos), lanzando fuego por la
boca y alaridos similares a la de una persona que emite ante la asfixia. Hay
hombres de campo que juran haberla visto en los cruces de caminos, mientras que
otros van más allá, asegurando haberla salvado a la condenada, esta es la ALMAMULA.
En la creencia popular santiagueña ha nacido esta creación
monstruosa, consecuencia resultante de la práctica de relaciones sexuales
incestuosas, esto es entre familiares: madre e hijo; padre e hija, haciendo
extensible al parentesco nacido por lazos religiosos con el padrinazgo de hijos
o matrimonio (los compadres) y esto es porque se le otorga a los mismos, el
grado asimilado de padres dentro de la familia.
La persona que sufrirá la metamorfosis, es la mujer, la
que en oportunidades de su salida permanecerá dormida en su lecho mientras su
espíritu transformado recorrerá los caminos mostrando a la comunidad su
situación y sufrimiento. El sueño será tan profundo durante la
metamorfosis que ninguna causa podrá despertarla. La pecadora solo lo hará
cuando su espiritualidad regrese y se incorpore a su cuerpo, lo que implica la
desaparición de la
Alma Mula.
Otra s veces las formas serán distintas, siempre de
animales y será responsable de los daños causados en las haciendas donde dejará
tendales de animales caprinos devorándoles tan solo las viseras.
Otra
Las noches de viento sur los corajudos armados esperan la
aparición de la Alma Mula.
Dicen que hubo quien logró verla, y que el secreto para su salvación consiste
en darle un hachazo en la oreja, en esta situación la mulita pega la vuelta y
comienza en veloz carrera a encaminarse hasta su casa, dejando las huellas de
la herida estampadas en el suelo. Siguiendo estos rastros de sangre se puede
llegar hasta el rancho donde se la encontrará a una persona de sexo femenino
con la oreja sangrando tratándose en este caso de la pecadora. Hay otros que
aseguran haberla salvado a la desdichada de la prisión de sus pecados,
aprovechando para ello el temor que le infunda la cruz, es por eso que hay que
esperarla en los cruces de caminos porque es donde detendrá su desenfrenada
carrera para girar y volver por donde venía. Los salvadores, hombres de
reconocido coraje, se arman para ello con un facón de acero y solo de aquéllos
que tienen una "S" en el final del mango y el inicio de la
hoja, es decir formando una cruz. La impúdica metamorfoseada ha de
frenarse en el cruce del camino donde el corajudo salvador ha de mostrar su
facón-cruz y de un hachazo cortarle la oreja (a manera de señal) siendo esto el
remedio o mejor dicho la reivindicación de la pecadora con la que hallará sin
duda una paz reconfortante como resultado de esta estremeciente lección
recibida por su conducta antinatural y repudiable.
La relación incestuosa así, queda desterrada de las mentes
que puedan haberla concebido como posibles y en su eliminación se logra una
descendencia pura y clara frenándose toda idea de relación sexual consanguínea.
Fuente:
radio mailin
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