Raúl Barboza se presentó junto al francés Francis Varis, en tanto que Joselo Schuap cantó con Camila Cafrune. Jorge Fandermole fue otro de los grandes invitados de la noche, en que también tocaron los españoles
Uxia y Narf.
Uxia y Narf.
Los grandes maestros de la música son los únicos capaces de transportar a su público en cada concierto, elevarlo y hasta empujarlo a un vuelo imaginario. Eso sucedió en la madrugada del jueves, cuando sonó el acordeón de Raúl Barboza y el del francés Francis Varis. Con un show memorable ambos deslumbraron sobre el escenario chamamecero, que esa noche fue más internacional que nunca. En cuestión de horas actuaron renombrados artistas locales y regionales como Juancito Güenaga, el pianista “Billy” Fernández y Joselo Schuap, también nacionales como el rosarino Jorge Fandermole y Yamila Cafrune, e invitados internacionales como la brasileña Shana Muller, los paraguayos de Americanta, el francés Francis Varis y los españoles Uxia y Narf.
El chamamé abrió sus puertas al mundo y se nota. Cada noche de la 26ª Fiesta Nacional del Chamamé y 12ª del Mercosur reúne en el escenario Osvaldo Sosa Cordero a los más destacados artistas del género, pero también invita a otros a acercarse a la música de los correntinos, a sentirla e interpretarla.
La grilla del jueves fue el mejor ejemplo de esta apertura, que es muy aplaudida por unos pero cuestionada por otros. Sucede que en pocas horas pasaron por el mismo escenario propuestas musicales sumamente diversas, incluso algunas que poco tienen que ver con el género. Este fue el caso por ejemplo del autor de “Oración del remanso”, Jorge Fandermole, quien presentó un exquisito repertorio con compases más cercanos a la bossa nova y el candombe que al chamamé. No obstante el rosarino fue uno de los pocos que durante el show recordó a las personas afectadas por la creciente de los ríos y les dedicó el tema “El viejo y el río”.
Fandermole es para muchos una institución en la música y por lo tanto uno de los números promocionados de la octava luna, no obstante el más esperado era Raúl Barboza, el chamamecero reconocido internacionalmente por su virtuosismo y por haber llevado el género a los mejores espacios culturales.
Chamamusette
Barboza sin dudas era el número fuerte y su actuación superó las expectativas. Se presentó junto al europeo Francis Varis y ambos interpretaron chamamés y valses para luego hacer sonar algo de su disco “Chamamusette”.
Chamamusette es una propuesta musical novedosa y libre que fusiona la música de Barboza (el chamamé) y la de Varis (Musette -un género popular de Francia-). Los dos son grandes creadores e innovadores y el Cocomarola tuvo el honor de tenerlos juntos sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero. Quienes estuvieron allí y también los que los escucharon por televisión seguramente coincidirán con este matutino en que fue un show elevado digno de las mejores salas del planeta.
Ovación
Joselo Schuap es un enamorado del chamamé y un defensor incansable de la ecología. Con el “Dino” (colectivo ecológico) este misionero recorre el país llevando en su chamamé un pedido de toma de conciencia ambiental.
Siempre humilde y sencillo, se presentó el jueves en el Cocomarola y su show fue por lejos el más ovacionado. El misionero se convirtió en el único artista de esa noche al que el público reclamó incansablemente “otra”, lo cual no sucedió: “Gracias por tanto cariño, pero hay muchos colegas que también quieren tocar”, dijo antes de retirarse del escenario. El espectáculo de Schuap estuvo entre los favoritos por varias razones: primero por la profundidad de las letras combinadas con atrayentes melodías, segundo por la calidez del artista y tercero porque lo acompañó en el escenario Yamila Cafrune, hija del gran Jorge Cafrune, quien cantó junto a Schuap una inmejorable versión de “Virgen india” de Jorge Cafrune. Ambos estuvieron acompañados por el Ballet Oficial dirigido por Luis Marinoni. Yamila cantó además “Isidro Velásquez” y el cierre (pedido por los organizadores del festival) fue con el tema “Yo creí”.
Otro de los artistas muy aplaudidos fue Juancito Güenaga, quien el año pasado estuvo en la terna para el premio Gardel de Chamamé. Güenaga es hoy uno de los más queridos por el pueblo chamamecero y por lo tanto sus presentaciones son siempre de primer nivel y muy entretenidas.
De importación
Acompañados por músicos del grupo Guauchos, los artistas gallegos Uxia y Narf estuvieron en el Cocomarola y cantaron chamamé (tal y como lo indican las reglas de la fiesta). Pero su música parece no haber interesado al auditorio, que no le dio mayor trascendencia y hasta se escucharon algunos silbidos.
Otra de las invitadas internacionales fue la brasileña Shana Muller. Su actuación fue muy bien recibida e incluso la artista del vecino país se animó a cantar “Oración del remanso” minutos antes de que su autor (Jorge Fandermole) pisara el mismo escenario. La versión de Shana fue impecable.
Locales
El joven Franco Perroni tomó como propia la bandera de la inclusión y es por eso que por segundo año consecutivo eligió un tema de su repertorio para cantarlo en lenguaje de señas. El año pasado había cantado “Dame tu sonrisa” y para el 2016 eligió “Antojo” de Salvador Miqueri; la novedad esta vez fue que lo acompañó un “coro de señas”. Gabriel Cocomarola fue otro de los jóvenes talentos que se lució en la octava luna, y lo mismo sucedió con el pianista “Billy” Fernández. Ayer al cierre de esta edición las entradas se vendían a ritmo acelerado, en tanto que para hoy ya se agotaron. Esta noche el chamamé se despedirá del Cocomarola hasta la próxima edición de la Fiesta Nacional.
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