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Revista "Madre Tierra"

viernes, 8 de junio de 2012

Peteco Carabajal


Peteco Carabajal: la experimentación como un valor

A modo de un ensayo abierto donde la experimentación y el error se asumen como un valor, el santiagueño Peteco Carabajal inauguró el miércoles el ciclo “Solo y acompañado” en el Teatro del Viejo Mercado, donde comenzó a darle forma a un nuevo repertorio que desembocará en un disco o DVD con registros en vivo.
Carabajal adoptó el Teatro del Viejo Mercado para despuntar una construcción colectiva: como si no hubiera público presente, sobre el escenario eligió instrumentistas, tonalidades, formaciones tímbricas y contrapuntos para empezar a vestir sonoramente un repertorio que, en buena medida, también fue improvisado y que madurará a lo largo del ciclo.
Para esa tarea, el multi-instrumentista santiagueño se rodeó anoche de un diverso y numeroso elenco de músicos entre los que se destacaron Víctor Heredia, Alejandro Tula, Juancho Farías Gómez, Mavi Díaz, Laura Ros, Néstor Garnica, Duende Garnica, Daniel Patanchón, Laura Ros, Graciela, Roxana, Homero y Ricky Carabajal, entre más.
Sin embargo, la apertura de la noche tuvo otro clima, íntimo, con Peteco acompañado sólo con su guitarra y un repertorio, inédito, que fue depurando en sus últimas presentaciones.
En ese pasaje, el santiagueño honró a figuras de la música popular con “Memorial de los patios”, con la célula rítmica de un escondido; entregó una canción dedicada a Mario Roberto Santucho, que quizás asuma el título de “Guerrillero santiagueño”; y se animó a la cifra surera “Provincia de Buenos Aires” que consagró la guitarra del gaucho Omar Moreno Palacios.
Luego Peteco comenzó a asociarse en el escenario con diferentes músicos y, a medida que progresaba la noche, se enfatizaba su carácter de director de orquesta: incorporaba y excluía timbres y ordenaba diálogos entre instrumentos que a veces le deparaban el rol protagónico y otras lo arrastraban a la orilla del acompañamiento.
Así, como segunda guitarra y segunda voz, apuntaló a Víctor Heredia en “Viejo Matías”, “Razón de vivir” y “Las manos de mi madre”.
Con Graciela y Roxana Carabajal mostró dos obras con una sonoridad madura y trabajada: la chacarera “La Pocoy Pacha” y la zamba “Bailar vivir”, y luego se animó a una versión cruda y sin aditamentos de la “Chacarera del patio”, al modo de quien la interpreta en el fragor y la espontaneidad de una noche de peña.
A continuación, Peteco se recostó en algunas canciones de su último álbum, “El viajero”, con Juancho Farías Gómez en el bajo como principal ladero y una sonoridad de conjunto, poderosa y eléctrica.
La formación interpretó, entre más, “Juan del Monte” y “Quimey Neuquén”, un loncomeo lejano al paisaje musical santiagueño y que, sin embargo, se convirtió en uno de los estandartes del repertorio de Peteco.
Con Néstor Guernica, Carabajal enfatizó el valor del violín, un instrumento de prosapia europea, en el acento musical de su provincia. Así, y también acompañado por Motta Luna, Duende Garnica y Alejandro Tula, el santiagueño entregó “Algarrobal” y una temperamental versión de “El olvidao”.
Un clima más sutil sobrevino a través de la sensibilidad femenina de Mavi Díaz y las Folkies y Laura Ros, que animaron el segmento final del concierto.
El ciclo “Solo y acompañado” proseguirá todos los miércoles desde las 21 en el escenario de Lavalle 3177.

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