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Revista "Madre Tierra"

lunes, 28 de enero de 2013


Cosquín 2013: última luna con premios, sorpresas y Nocheros

La noche del domingo mostró una aceptable concurrencia y el regreso de los cuatro cantores salteños. Además, un merecido espacio para la denuncia.




Se escondió la última luna de Cosquín 2013. Luego de nueve intensas jornadas, el festival escribió un nuevo capítulo de ese "libro gordo" del folklore que representa para la cultura argentina, con sus vaivenes y polémicas a cuestas, pero con la seguridad de seguir siendo un evento convocante y popular.
El cierre simbólico de esta edición 53 estuvo a cargo de unos hijos pródigos de Cosquín como Los Nocheros, quienes cumplieron 20 años de su primera aparición sobre el emblemático escenario Atahualpa Yupanqui, cuando fueron invitados por Cacho Tirao. Ellos mismos recordaron esa efeméride (el legendario cantor escuchó un disco nochero en la Real y allí los mandó a llamar) imitándolo con un gesto similar. Tras comenzar su set enfundados en un popurrí de chacareras y la nueva zamba Cantando Salta, le hicieron un lugar a artistas noveles (Los dos y Gustavo Córdoba) para que digan lo suyo en la Próspero Molina.
Una plaza que redondeó una nada más que aceptable concurrencia para el siempre difícil último domingo (aunque se rumoreó que después de quedar hechos el sábado, se permitieron diseminar un buen número de "entradas de gentileza") y contempló parte de las versiones sinfónicas (en este caso con pistas y sin orquesta) de los clásicos que Los Nocheros grabaron en su último disco como Merceditas, El arriero o Alfonsina y el mar.
Momentos sublimesAdemás de la esperada actuación de Los Nocheros tras el faltazo en 2012, la velada dejó varios momentos para repasar. Dos de los más intensos fueron cuando el trío femenino Aymama nos recordó con delicadeza ese "otro país" que tan sabiamente describió Teresa Parodi y otro homenaje merecido al poeta Miguel Ángel Pérez (fallecido recientemente), en este caso a cargo de Adriana Tula, a partir de una sentida versión de Si llega a ser tucumana, ese himno que "Perecito" compuso con el "Cuchi" Leguizamón.
En el comienzo, cuando la plaza se poblaba con el resacoso y cansino ritmo del domingo, el Dúo Coplanacu salió a escena recordando una antigua vidala santiagueña (Flor de lirio), para luego arremeter con un repartido set de chacareras (Pelusita de TotoraLa causaleña) y zambas (De Simoca y el cierre de postal con Agitando pañuelos). Promediando su actuación, denunciaron la persistente contaminación del río Dulce y reivindicaron esa perla del paisaje santiagueño conAlma challuera.
Otro que hizo su reclamo, en este caso por las siempre marginadas comunidades originarias, fue Rubén Patagonia. Tan recurrente como imprescindible. Más tarde, Amboé y Los Alonsitos nos embriagaron con su propia sobredosis de chamamé y se produjo el regreso después de muchos años de Yamila Cafrune, quien se presentó junto a Facundo Ramírez para potenciar el legado familiar que los une.
Una de las curiosidades que brindó la novena luna fue la coincidencia sobre el escenario de Juan Martín Medina y Yuca Córdoba, quienes hace algunos años lideraron un vanguardista grupo llamado La Ira de Atahualpa. Ahora, cada uno con su propia propuesta, se presentaron antes y después de Los Nocheros. Ojalá sigan cosechando lo que sembraron.
Consagrados y empeñadosEn un mensaje leído por Marcelo Simón, Bruno Arias le dedicó su premio consagración a los que ya no están (como Mercedes Sosa, el Dúo Salteño, entre otros) y su tío desaparecido durante la dictadura. Los MJC, también coronados con el preciado galardón, contaban que fueron sorprendidos por la noticia y llegaron con lo justo a recibirlo tras actuar en Río Ceballos.
El trío cordobés celebró más tarde tomando algo en la peña de Paola Bernal y el Titi Rivarola, que en palabras de Ángela Irene (cantó allí en la noche del sábado) va camino a convertirse en el patio de atrás de la plaza, donde pasan cosas hermosas que no se ven en el gran escenario como la fiesta que encabezó la Vivi Pozzebón esa misma madrugada. Si existiera un premio a la peña revelación, sin dudas hubiera sido para el espacio de la cantante coscoína y sus amigos. Siguiendo con las peñas, la consagración, podría haber sido compartida por La Salamanca y La Fisura, que festejó sus 10 años.
Cuando Los Nocheros cerraron después de las cuatro y media a puro carnavalito, la noche recién empezaba para la decena de artistas que todavía tenían algo para decir en la plaza y no querían despedirse hasta el año que viene, momento en que la magia de Cosquín se corporizará en nuevos trucos y cantores.

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